José Martí.
Con todos y para el bien de todos.
Nuestra América.
Educación Popular.
Maestro ambulantes.
Una universidad nacional.
La universidad de los pobres.
José Martí
José Julián Martí Pérez (La Habana, Cuba, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, Cuba, 19 de mayo de 1895) fue un político liberal, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. Perteneció al movimiento literario del modernismo.
Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia de su país.
La obra literaria de José Martí
Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al modernismo, que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos.
Como poeta se le conoce por Ismaelillo (1882), obra que puede considerarse un adelanto de los presupuestos modernistas por el dominio de la forma sobre el contenido; Versos libres (1878-1882), La edad de oro (1889) y Versos sencillos (1891), esta última decididamente modernista y en la que predominan los apuntes autobiográficos y el carácter popular.
En A mis hermanos muertos el 27 de noviembre (1872), publicado durante su destierro en España, Martí dedica sus versos a los estudiantes muertos en una masacre acaecida en aquella fecha. Su única novela, Amistad funesta, también llamada Lucía Jérez y firmada con el pseudónimo de Adelaida Ral, fue publicada por entregas en el diario El latino-Americano entre mayo y septiembre de 1885; aunque en su argumento predomina el tema amoroso, en esta obra de final trágico también aparecen elementos sociales.
Entre sus obras dramáticas destacan Adúltera (1873), Amor con amor se paga (1875) y Asala. También fundó una revista para niños, La Edad de Oro, en la que aparecieron los cuentos Bebé y el señor Don Pomposo, Nené traviesa y La muñeca negra, y colaboró con diversas publicaciones de distintos países, como La Revista Venezolana, la Opinión Nacional de Caracas, La Nación de Buenos Aires o la Revista Universal de México.
Cronista y crítico excepcional, hizo de muchos de sus textos auténticos ensayos, algunos de carácter revolucionario como El presidio político en Cuba (1871) -de gran fuerza lírica-, El Manifiesto de Montecristi o su Diario de campaña. Sus Obras completas (1963-1965) constan de 25 volúmenes.
Visión política
Su visión política era liberal. Además, su obra política y de propaganda muestra estas tres prioridades: la unidad de todos los cubanos como nación en el proyecto cívico republicano de postguerra; la terminación del dominio colonial español; y evitar una expansión estadounidense. Es casi unánime la información sobre su gran capacidad de trabajo y frugalidad, lo que, siendo evidente, junto a su palabra persuasiva, le valió reconocimiento por la mayoría de sus compatriotas.
Influencia de Martí
Su influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia» y «el maestro» son los más usados.
“Con todos y para el bien de todos”
26 de noviembre de 1891
Discurso
(...)
todas las gracias de mi alma les daré,
y en ellos a cuantos tienen
aquí las manos puestas a la faena de fundar,
por este pueblo de amor
que han levantado cara a cara
del dueño codicioso que nos acecha y nos divide;
por este pueblo de virtud,
en donde se aprueba la fuerza libre
de nuestra patria trabajadora;
por este pueblo culto,
con la mesa de pensar al lado de la de ganar el pan.
(...)
por este templo orlado de héroes
y alzado sobre corazones.
Yo abrazo a todos los que saben amar.
Yo traigo la estrella,
y traigo la paloma en mi corazón.
Nuestra América
Resumen
Nuestra América se refiere al destino de los pueblos latinoamericanos:
Los pueblos que no se conocen han de darse prisa por conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de la casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que sean una, las dos manos."
Martí insiste en la unidad para poder enfrentar los peligros que tienen frente a ellos los pueblos latinoamericanos:
“Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas. Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.”
También habla sobre las características que debían tener los gobiernos:
“El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.”
Menciona además las características y la formación de los gobernantes:
¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte de gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América?”
Y después dice:
En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la política. El premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de los factores del país en que se vive.”
De igual forma, insiste en la necesidad de profundizar en el estudio de la Historia de América:
La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas de acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria.”
Al patentizar la estrategia que debía seguirse para lograr la defensa de la cultura e historia de los pueblos latinoamericanos afirma:
Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas."
Martí también analiza elementos de la Historia del continente, y destaca la importancia de la lucha para consolidar la independencia por conquistar, y el compromiso para con los marginados: “Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores.”
También hace referencia a la actitud y las tareas que tenían ante sí la juventud latinoamericana:
Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en las masas, y la levantan como la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase para esta generación.”
Así mismo, señala la posición que deberían asumir los pueblos latinoamericanos frente a la presencia de su poderoso vecino del norte:
El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe.”
También menciona lo que es necesario que tuvieran e hicieran los pueblos para garantizar su defensa: “Los pueblos han de tener una picota para quienes les azuzan a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.”
Respecto a la raza Martí dice que “Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio entre las razas.”
Temas
Se destacan tres temas principales. Una invitación a la unión y la soberanía entre los pueblos hispanoamericanos. Un llamado a la lucha de independencia contra la corona española. Un despertar ante la amenaza del imperialismo norteamericano. El ensayo comienza con un párrafo sentencioso y grave en el que se acotan como temas:
- El aldeanismo o regionalismo.
- Los EE.UU.
- Incitación y arenga al ‘despertar’ hispanoamericano.
- Unión.
Martí amonesta a ser buenos hispanoamericanos mediante el autoconocimiento, restando diferencias, soterrando celos, estableciendo la justicia histórico-geográfica entre los pueblos, mediante la unión y resistencia ante las fuerzas imperialistas de los EE.UU.
Martí “con mentalidad profética logra refutar la tesis derrotista de civilización (lo yankee y/o lo europeo) frente a la barbarie (lo genuinamente americano) [del] ya consolidado ideario de Sarmiento asentado en muchos círculos intelectuales, dada la importancia del estadista argentino.”
Martí invierte la dualidad sarmentiana al establecer: “No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza.”
Respecto a las formas de gobierno Martí considera que el primer requisito para gobernar las Repúblicas es el conocimiento de los diferentes elementos que componen cada pueblo, las fuentes de riqueza y la producción natural de cada país, la disposición de las necesidades materiales y espirituales de sus habitantes. El segundo requisito, es abstenerse de intentar gobernar con las leyes, las constituciones y los sistemas políticos tomados de países completamente diferentes.
Mas sobre José Martí http://www.josemarti.cu/?q=node/4703
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